Enkidu mata un león. Impronta de sello.
LA DIOSA ARURU CREA A ENKIDU
Anu le pide a la diosa Aruru,[1]
así le dice a la gran diosa Aruru:
“Tú, Aruru, que has creado a la humanidad, 30
origina ahora una réplica (de Gilgamesh):
ese hombre a su tiempo encontrará a Gilgamesh;
y mientras ellos luchen entre sí, Uruk estará tranquila.”
La diosa Aruru, habiendo escuchado este voto,
se representa una imagen del dios Anu;
moja sus manos, amasa un bloque de arcilla, modela sus contornos[2]
y fabrica al valiente Enkidu, el héroe augusto, el campeón del dios Ninurta[3].
VIDA SALVAJE DE ENKIDU.
Todo su cuerpo tiene vello; sus cabellos están peinados como los de una mujer;
sus cabellos son tupidos como la cebada de los campos;
él no se inquieta ni por las gentes ni por el país; se viste como el dios Sumuqan.
Con las gacelas se nutre de hierbas; 40
con el ganado bebe en las fuentes de agua;
sí, con los rebaños se deleita en beber.
(Un día) un hombre en acecho, un cazador
lo encuentra ante una fuente de agua;
un día, después dos, después tres, lo encuentra en el abrevadero.
Los rasgos del cazador se contraen al verlo; 45
regresa a casa con su rebaño,
asombrado y gimiendo de pavor,
con el rostro y el corazón oscurecidos.
El miedo atenaza sus entrañas;
su rostro se asemeja al de quien ha hecho un largo viaje. 50
Columna III
CONSEJOS DEL PADRE DEL CAZADOR.
El cazador toma la palabra y le dice a su padre:
“Padre mío: un salvaje ha llegado desde la montaña;
el peso de su fuerza cae sobre el país;
su vigor es el de un campeón de Anu,
y se pavonea sobre la tierra sin cesar; 5
sin cesar vagabundea con el ganado;
sin cesar va a las fuentes de agua.
Yo tengo miedo y no oso aproximármele:
ha vuelto a llenar las fosas que yo había cavado,
ha arrancado las trampas que yo había tendido, 10
hizo escapar de mis manos el rebaño de bestias del llano,
y no me ha dejado cazar allí.”
Su padre responde y dice al cazador:
“Hijo mío: Gilgamesh reina en Uruk, y nadie lo ha vencido; 15
su fuerza es la más grande en todo el país.
¡Como el de un campeón del dios Anu, su poder es inmenso!
Ve a Uruk; allí, cuando Gilgamesh escuche hablar de la fuerza de este hombre,
él dirá: “Ve, oh cazador, lleva contigo una prostituta del templo, una hija de la alegría.
Cuando ese salvaje venga a hacer beber su rebaño a la fuente, 20
que ella se despoje de sus ropas:
él será cautivado por ella;
cuando la vea, se aproximará para poseerla:
y después su rebaño, que ha crecido en el desierto, no lo reconocerá.”
EL CAZADOR AVISA A GILGAMESH
Presta oídos al consejo de su padre 25
el cazador; en busca de Gilgamesh
apresura el paso y se dirige hacia Uruk
y cuando llega ante Gilgamesh, le dice:
“Un salvaje ha llegado desde la montaña;
el peso de su fuerza cae sobre el país;
su vigor es inmenso, como el de un campeón de Anu,
y se pavonea sobre la tierra sin cesar; 30
sin cesar vagabundea con el ganado;
sin cesar dirige sus pasos a las fuentes de agua:
yo siento miedo y no oso aproximármele.
Ha vuelto a llenar las fosas que yo había cavado;
ha arrancado las trampas que yo había tendido;
hizo escapar de mis manos el rebaño de bestias del llano,
y no me ha dejado cazar allí.”
Gilgamesh se dirige al cazador y le dice:
“Ve, oh cazador; lleva contigo una prostituta del templo, una hija del placer.
Cuando ese salvaje venga a hacer beber su rebaño a la fuente,
que ella se despoje de sus ropas. Él será cautivado por ella:
cuando la vea, se aproximará para poseerla;
y luego su rebaño, que ha crecido en el desierto, no lo reconocerá.”
El cazador se pone en marcha;
lleva consigo una prostituta del templo, una hija del placer;
apresuran el paso y cumplen el viaje:
al tercer día llegan al lugar designado.
El cazador y la hieródula se sientan a alguna distancia:
un día y otro día, ellos se sientan ante la fuente. 50
[1] Aruru, según múltiples recitados de la creación, había creado al género humano, como esposa del dios Marduk. Ella modelará ahora y del mismo modo a Enkidu.
[2] E. Dhorme, Litterature Babylonienne et Assyrienne. Paris, 1937, pag. 5
[3] Ninurta, dios de las batallas, ha asimilado la personalidad del dios Ningirsu, también dios de los combates, pero primitivamente divinidad de la agricultura y de la creciente de los ríos. /Cfr. para Ninurta, Nemrod el cazador/.
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