lunes, 12 de septiembre de 2011

5. Enkidu y la prostituta sagrada. Enkidu se civiliza. Sueños de Gilgamesh.

Innana - Ishtar, diosa de la civilización, el amor sexual y el poder generativo, patrona de Uruk.


Columna IV

ENKIDU Y LA PROSTITUTA SAGRADA

Llega el rebaño y se sacia de agua; 1

y él, Enkidu, que ha nacido en la montaña,

con las gacelas se alimenta de hierba,

con el ganado bebe en las fuentes de agua;

sí, con los rebaños él se deleita en beber. 5

Ella lo ve, la hija del placer, al gran salvaje,

al fuerte, aquel que todo lo destroza, el habitante del llano.

“Helo aquí, hija del placer (dice el cazador), ofrece tu cuerpo;

muéstrate, y que él posea tu belleza;

no sientas vergüenza: sorbe su aliento. 10

Él va a mirar, te verá y se acercará para prenderte:

desnúdate y que él se tienda sobre tí;

procúrale la voluptuosidad que puede dar la mujer.

Entonces su rebaño, al que ha alimentado en el desierto, no le conocerá más,

porque él te habrá tenido sobre su pecho.”

La hija del placer descubre sus senos, muestra su cuerpo, y él posee su belleza;

sin tener vergüenza, ella aspira su aliento;

ella deja caer su ropa, y él se aproxima para tomarla.

Ella le procura la voluptuosidad que puede dar la mujer,

y él la estrecha contra su pecho.

Seis días y siete noches Enkidu se aproxima a la hieródula y la posee. 20

Cuando se hubo embriagado de placer,

se volvió hacia su rebaño;

pero cuando las gacelas lo vieron,

huyeron de Enkidu:

el ganado del llano se alejó de él.

Enkidu sintió terror: su cuerpo quedó como trabado,

sus rodillas permanecieron inmóviles, mientras su rebaño huía.

Enkidu ya no puede correr como otras veces,

y comprende lo que esto significa; su inteligencia se abre,

y retorna a los pies de la prostituta. 30

La prostituta contempla el rostro de Enkidu,

y esto que ella dice, lo recogen sus oídos;

ella se dirige así a Enkidu:

“Oh Enkidu, tu belleza es la de un dios;

¿por qué vagabundear por el llano con el ganado?

¡Ven! Yo te conduciré a los cercados de Uruk,

al templo santo, morada del dios Anu y de la diosa Ishtar;

al lugar donde Gilgamesh, cumplido en fuerza,

como un toro salvaje sobrepasa en vigor a todos los habitantes.”

Dice ella, y su hablar lo convence, 40

pues su corazón avisado busca un amigo.

El divino Enkidu se dirige a la hieródula y le dice:

“Vamos, hija del placer; condúceme

al templo puro, santa morada del dios Anu y de la diosa Ishtar,

al sitio donde el divino Gilgamesh, cumplido en fuerza,

como un toro salvaje sobrepasa en vigor a todos los habitantes;

pues yo, yo quiero advertirle, y le hablaré como es necesario;

Columna V

ENKIDU DEJA LA VIDA SALVAJE

me haré escuchar en Uruk. Sí, yo soy fuerte, 1

y capaz de cambiar el curso de las cosas;

pues la fuerza de la criatura del llano es poderosa.”

....................... (laguna) .................

Enkidu y la prostituta se miran en el camino hacia los cercados de Uruk;

allá la gente se regocija, vestida de fiesta

....................... (laguna) ..................

“Oh Enkidu, dice la prostituta: tú que quieres conocer la vida,

yo te haré ver a Gilgamesh, que es completo en la alegría;

tú le mirarás, contemplarás su rostro: 15

él resplandece de valentía y de vida;

el deseo de voluptuosidad invade su cuerpo;

su vigor es más fuerte que el tuyo;

él no se tiende a descansar ni de día ni de noche.

¡Enkidu, tú cambiarás de vida! 20

Gilgamesh, que al dios Shamash[1] es querido

y a quien los dioses Anu, Enlil[2] y Ea[3] han dado largas orejas (una vasta inteligencia),

antes que tú hubieses descendido de la montaña,

Gilgamesh, en sus sueños, te ha visto en Uruk.

GILGAMESH SUEÑA CON ENKIDU

Apenas se levanta, Gilgamesh narra sus sueños a su madre:

“Madre mía - ha dicho él- he tenido un sueño esta noche:

yo me sentía fuerte y me pavoneaba entre los valientes;

las estrellas brillaban en los cielos;

un meteoro del dios Anu caía encima mío:

yo quería llevarlo, pero era muy pesado para mí; 30

yo quería zafarme de su opresión, pero no podía moverlo.

Las gentes de Uruk se reunían a su alrededor;

¡los artesanos, los valientes, mis compañeros!

Ellos le rendían homenaje.

Entonces yo lo enlacé como se enlaza a una esposa,

lo levanté y lo deposité a tus pies.”

Nin Sun, la avisada, habla así a su hijo,

Nin Sun, la avisada, que conoce todas las cosas, habla así a Gilgamesh:

“Las estrellas de los cielos representan a tus compañeros. 40

Aquel que, semejante a un meteoro del dios Anu, cayó sobre tí,

y al que tú no podías llevar, porque era muy pesado,

aquel que no podías mover,

y a quien has terminado por traer ante mí,

yo lo he hecho tu compañero:

como sobre una esposa, tú te has inclinado sobre él.

Columna VI

Es un fuerte compañero: él vendrá en ayuda de su amigo;

el peso de su fuerza cae sobre el país.

¡Su vigor es el de un campeón de Anu!

Aquel sobre el que te has inclinado como sobre una esposa,

no te abandonará jamás.

He aquí la explicación de tu sueño.”

Poco después, Gilgamesh se dirige así a su madre:

“Madre mía: he tenido otro sueño:

en Uruk, la de los cercados, caía un hacha (del cielo).

Las gentes de Uruk se detenían a su lado; 10

las gentes se reunían y se inclinaban sobre ella.

El hacha era de doble filo

y yo la llevaba a tus pies;

como sobre una esposa, yo me inclinaba sobre ella,

y tú me la brindabas por compañía.”

La madre de Gilgamesh, consumada en sabiduría y que conocía todas las cosas, se dirige a su hijo:

“El hacha que has visto,

y sobre la que te inclinaste como sobre una esposa,

era un hombre,

y yo lo he traído a tu presencia.

Es un fuerte compañero; el vendrá en ayuda de su amigo. 20

El peso de su fuerza cae sobre el país;

su vigor es el de un campeón de Anu.

¡Yo lo he hecho tu compañero!”



[1] Shamash, dios Sol, dios de la justicia, tiene por esposa a la diosa Aïa.

[2] Enlil es el dios de la atmósfera, del viento y las tormentas.

[3] Ea, dios del abismo (apsú), dios de las aguas sobre las que flota la tierra. Es también dios de la sabiduría. Una tradición lo hace creador del género humano.


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