lunes, 12 de septiembre de 2011

4. La diosa Aruru crea a Enkidu. Vida salvaje de este. El cazador, su padre y Gilgamesh. La hija del placer.


Enkidu mata un león. Impronta de sello.


LA DIOSA ARURU CREA A ENKIDU

Anu le pide a la diosa Aruru,[1]

así le dice a la gran diosa Aruru:

“Tú, Aruru, que has creado a la humanidad, 30

origina ahora una réplica (de Gilgamesh):

ese hombre a su tiempo encontrará a Gilgamesh;

y mientras ellos luchen entre sí, Uruk estará tranquila.”

La diosa Aruru, habiendo escuchado este voto,

se representa una imagen del dios Anu;

moja sus manos, amasa un bloque de arcilla, modela sus contornos[2]

y fabrica al valiente Enkidu, el héroe augusto, el campeón del dios Ninurta[3].

VIDA SALVAJE DE ENKIDU.

Todo su cuerpo tiene vello; sus cabellos están peinados como los de una mujer;

sus cabellos son tupidos como la cebada de los campos;

él no se inquieta ni por las gentes ni por el país; se viste como el dios Sumuqan.

Con las gacelas se nutre de hierbas; 40

con el ganado bebe en las fuentes de agua;

sí, con los rebaños se deleita en beber.

(Un día) un hombre en acecho, un cazador

lo encuentra ante una fuente de agua;

un día, después dos, después tres, lo encuentra en el abrevadero.

Los rasgos del cazador se contraen al verlo; 45

regresa a casa con su rebaño,

asombrado y gimiendo de pavor,

con el rostro y el corazón oscurecidos.

El miedo atenaza sus entrañas;

su rostro se asemeja al de quien ha hecho un largo viaje. 50

Columna III

CONSEJOS DEL PADRE DEL CAZADOR.

El cazador toma la palabra y le dice a su padre:

“Padre mío: un salvaje ha llegado desde la montaña;

el peso de su fuerza cae sobre el país;

su vigor es el de un campeón de Anu,

y se pavonea sobre la tierra sin cesar; 5

sin cesar vagabundea con el ganado;

sin cesar va a las fuentes de agua.

Yo tengo miedo y no oso aproximármele:

ha vuelto a llenar las fosas que yo había cavado,

ha arrancado las trampas que yo había tendido, 10

hizo escapar de mis manos el rebaño de bestias del llano,

y no me ha dejado cazar allí.”

Su padre responde y dice al cazador:

“Hijo mío: Gilgamesh reina en Uruk, y nadie lo ha vencido; 15

su fuerza es la más grande en todo el país.

¡Como el de un campeón del dios Anu, su poder es inmenso!

Ve a Uruk; allí, cuando Gilgamesh escuche hablar de la fuerza de este hombre,

él dirá: “Ve, oh cazador, lleva contigo una prostituta del templo, una hija de la alegría.

Cuando ese salvaje venga a hacer beber su rebaño a la fuente, 20

que ella se despoje de sus ropas:

él será cautivado por ella;

cuando la vea, se aproximará para poseerla:

y después su rebaño, que ha crecido en el desierto, no lo reconocerá.”

EL CAZADOR AVISA A GILGAMESH

Presta oídos al consejo de su padre 25

el cazador; en busca de Gilgamesh

apresura el paso y se dirige hacia Uruk

y cuando llega ante Gilgamesh, le dice:

“Un salvaje ha llegado desde la montaña;

el peso de su fuerza cae sobre el país;

su vigor es inmenso, como el de un campeón de Anu,

y se pavonea sobre la tierra sin cesar; 30

sin cesar vagabundea con el ganado;

sin cesar dirige sus pasos a las fuentes de agua:

yo siento miedo y no oso aproximármele.

Ha vuelto a llenar las fosas que yo había cavado;

ha arrancado las trampas que yo había tendido;

hizo escapar de mis manos el rebaño de bestias del llano,

y no me ha dejado cazar allí.”

Gilgamesh se dirige al cazador y le dice:

“Ve, oh cazador; lleva contigo una prostituta del templo, una hija del placer.

Cuando ese salvaje venga a hacer beber su rebaño a la fuente,

que ella se despoje de sus ropas. Él será cautivado por ella:

cuando la vea, se aproximará para poseerla;

y luego su rebaño, que ha crecido en el desierto, no lo reconocerá.”

El cazador se pone en marcha;

lleva consigo una prostituta del templo, una hija del placer;

apresuran el paso y cumplen el viaje:

al tercer día llegan al lugar designado.

El cazador y la hieródula se sientan a alguna distancia:

un día y otro día, ellos se sientan ante la fuente. 50



[1] Aruru, según múltiples recitados de la creación, había creado al género humano, como esposa del dios Marduk. Ella modelará ahora y del mismo modo a Enkidu.

[2] E. Dhorme, Litterature Babylonienne et Assyrienne. Paris, 1937, pag. 5

[3] Ninurta, dios de las batallas, ha asimilado la personalidad del dios Ningirsu, también dios de los combates, pero primitivamente divinidad de la agricultura y de la creciente de los ríos. /Cfr. para Ninurta, Nemrod el cazador/.


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