domingo, 11 de septiembre de 2011

7. Proyecto de viajar al País de Humbaba. Los ancianos. La reina madre.

Murallas de Uruk


Columna III

(Laguna de algunas líneas.)

PROYECTO DE VIAJAR AL PAIS DE HUMBABA.

“Yo descenderé hasta el bosque de los cedros”... /dice Gilgamesh/

(Laguna)

Enkidu toma la palabra y

habla de este modo a Gilgamesh:

“Escucha, amigo mío: en la montaña,

cuando yo apacentaba mis rebaños, 15

a una distancia de dos horas, en el corazón del bosque,

me adentré hasta los dominios de Humbaba: su grito es la tempestad,

su boca vomita fuego,

su aliento es mortal. 20

¿Por qué deseas

cumplir esta hazaña?

¿Por qué avanzar

hasta el sitio donde vive Humbaba?”

Gilgamesh toma la palabra y 25

así le habla a Enkidu:

“Yo quiero descender hasta el bosque”.

Enkidu toma la palabra y

responde a Gilgamesh:

“Cuando descendamos juntos

hacia el bosque de los cedros, 30

encontraremos al guardián, ¡oh Gilgamesh!; es un guerrero

poderoso, que no conoce el descanso;

sí, allí encontraremos a Humbaba.”

Columna IV

GILGAMESH Y EL “NOMBRE”

“... intacto el bosque de cedros,

para inspirar el temor a las gentes, el dios Enlil (lo ha creado).”

Gilgamesh toma la palabra

y así le habla a Enkidu:

“¿Crees que alguien, amigo mío, podrá ser vencedor de la muerte? 5

Sólo un dios puede permanece eternamente con el dios Shamash;

los días del género humano están contados:

todo lo que el hombre hace no es más que un soplo.

Tú, en este momento, tienes miedo a la muerte;

no tienes ni fuerza ni valentía. 10

Yo iré entonces adelante tuyo;

por lo que dice tu boca,

temes aproximarte.

Si yo sucumbo, estableceré mi fama; mi nombre quedará escrito;

se dirá: ¡Gilgamesh ha caído en su lucha contra el terrible Humbaba!” 15

(Laguna de algunas líneas)

Yo estoy decidido 23

a penetrar en el bosque de los cedros;

yo quiero establecer mi fama; mi nombre quedará escrito. 25

Antes, amigo mío, quiero dar trabajo a los artesanos;

¡que ante nosotros forjen nuestras armas!”

LA FORJA DE LAS ARMAS

Ellos asignan sus tareas a los artesanos,

y estos funden su equipo: 30

funden hachas de tres talentos cada una,

también puñales de dos talentos cada uno;

¡y uno y otro tendrán a su costado una jabalina de treinta minas!

El mango de oro de su puñal no pesa menos de treinta minas; 35

Gilgamesh y Enkidu llevan cada uno diez talentos de armas.

El pueblo se entretiene en Uruk, la de las vastas plazas.

Gilgamesh sale de las calles de Uruk, la de las vastas plazas,

y se sienta. Enkidu se sienta ante de él y ante

los Ancianos; ellos conversan entre sí. 40

Gilgamesh dice: “Yo iré contra Humbaba el terrible,

del que se contará que dijo:

Columna V

CONSEJOS DE LOS ANCIANOS A GILGAMESH

‘Quiero ver a ese Gilgamesh de quien se habla, 1

y cuyo nombre invade el país;

quiero prenderlo en una trampa en el bosque de los cedros,

pues es fuerte entre los hijos de Uruk.’

Quiero que el país atienda,

porque estoy decidido a capturarlo en el bosque de los cedros. 5

¡Quiero establecer mi fama!”

Los ancianos de Uruk, la de los vastos cercados,

hablan así a Gilgamesh:

“Eres joven, Gilgamesh, y tu corazón te arrastra;

no sabes lo que sueñas emprender.

Se nos ha dicho que el rostro de Humbaba

se transforma con el furor.

¿Quién ha jamás osado afrontar sus armas?

Una hora doble, en la profundidad de su bosque, 15

¿quién se ha atrevido a penetrar jamás?

Pues el grito de Humbaba es la tempestad;

su boca vomita fuego, y su aliento es mortal.

¿Por qué deseas llevar a cabo esta hazaña

de penetrar hasta la morada de Humbaba?”

Gilgamesh escucha las palabras de sus consejeros, 20

se vuelve para mirar a su amigo y le grita:

“¡Eh, amigo mío! He aquí mi respuesta:

Yo sé el espanto que inspira Humbaba, y por lo tanto iré hacia el bosque.”

... (Yo deseo ir allí contigo)... 24

(Laguna: encontramos al héroe implorando la protección de Shamash, al que le pide regresar sano y salvo).

Sobre el muro del recinto de Uruk, la de las encrucijadas, 34

Gilgamesh se prosterna ante el dios Shamash

y le dice:

“¡Quiero partir, oh Shamash, y elevo mis manos delante tuyo!

¡Quiero volver con vida!

¡Devuélveme a las murallas de Uruk!

¡Concédeme tu protección!” 40

(Y se dirige a Enkidu, diciéndole):

Columna VI

“(Quiero emprender un viaje que jamás he realizado;

si tengo éxito, te celebraré en el júbilo de mi corazón,

y te colocaré) sobre un trono”. 7

Los maestros artesanos les han preparado

el arco y el casco,

y los colocan entre sus manos;

(laguna)

Gilgamesh coloca el puñal en su cintura.

Los Ancianos entonces se acercan a Gilgamesh: 15

“¿En cuánto tiempo regresarás a Uruk?”

Los Ancianos se han acercado a él,

y cerca del camino, aconsejan a Gilgamesh:

“No te fíes, ¡oh Gilgamesh! únicamente de tu fuerza; 20

toma previsiones para salvarte.

Que Enkidu vaya delante tuyo;

él conoce el camino, ha recorrido la ruta

hasta el desfiladero del bosque de Humbaba, 25

y yendo adelante puede salvar a su compañero;

sigue sus pasos y protégete.

Pueda Shamash darte la victoria,

puedan tus ojos ver todo lo que tu boca ha anunciado, 30

y pueda el sendero hallarse libre ante tí.

Que el camino sea llano bajo tu marcha,

que las montañas sean llanas bajo tus pasos.

¡Durante la noche, que el dios Lugalbanda 35

pronuncie la palabra que te regocije, y que esté cerca de tí

para obtener la victoria!

Que él establezca tu fama como la de un joven héroe;

que puedas lavar tus pies

en la ribera del país de Humbaba,

como lo has resuelto.

En el momento de tu descanso, cavarás un pozo 40

para tener siempre agua pura para las libaciones;

derrama, en honor de Shamash, libaciones de agua pura;

que el dios Lugalbanda pueda guardar la memoria de tus intenciones.”

Enkidu toma la palabra, y así habla a Gilgamesh:

“Ya que has resuelto ponerte en marcha,

que tu corazón no se espante: ten confianza en mí;

confíame el cuidado de alcanzar la morada de Humbaba!”

Columna I[1]

GILGAMESH, ENKIDU Y LA PLEGARIA DE NIN SUN

Gilgamesh toma la palabra y se dirige

así a Enkidu:

“¡Vamos, amigo mío; vayamos hacia el palacio augusto,

ante la divina Nin Sun, la gran reina,

Nin Sun, la avisada entre los sabios, la que todo lo sabe;

ella procurará un fácil camino a nuestra marcha.”

Ellos se toman de la mano,

Gilgamesh y Enkidu, y se dirigen hacia el palacio augusto, 20

ante la divina Nin Sun, la gran reina.

Habiéndose aproximado, entran en el palacio de la reina:

“¡Oh, divina Nin Sun, quiero decirte mi designio

de un viaje lejano, hacia el lugar donde habita Humbaba;

pero no sé cómo aproximármele, 25

ignoro la ruta a seguir;

desde mi partida hasta mi retorno,

hasta mi llegada al bosque de los cedros,

hasta que someta a Humbaba, el terrible,

y extirpe del país todo el mal que el divino Shamash aborrece,

no sé qué hacer !”

(laguna)

Columna II

(La divina Nin Sun va a su alcoba, se coloca vestimentas rituales

y sube a la terraza)

ella ofrece inciensos al dios Shamash,

le ofrece su sacrificio: ante el dios Shamash eleva sus manos:

“¿Por qué has dado a mi hijo Gilgamesh un corazón que no conoce reposo?

He aquí has extendido su mano sobre él, y él quiere partir 11

para un lejano viaje, ¡allá donde habita Humbaba!

¡Hacia un combate del que no se hace idea,

por un camino que no conoce!

Hasta el día el que, habiendo arribado al fin, él vuelva; 15

hasta su llegada al Bosque de los Cedros,

hasta que someta a Humbaba, el terrible,

y extirpe del país todo el mal que tú aborreces;

hasta el día que tú, tú hayas fijado,

hasta el día en que ella se dé vuelta, la divina Aïa, tu esposa,

y te haga acordar de él.”

(El fin de la columna II y las columnas III, IV, V y VI son inutilizables).



[1] Texto asirio A.


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